La mastitis es una de las preocupaciones más comunes en la lactancia, causando dolor, inflamación y, en algunos casos, infecciones que pueden hacer que las madres se sientan frustradas y desalentadas. Sin embargo, con la información y el manejo adecuado, se puede prevenir y tratar sin necesidad de interrumpir la lactancia.
En este artículo, exploraremos qué es la mastitis, cómo identificarla, qué la causa y qué hacer para aliviar los síntomas de manera efectiva.
¿Qué es la mastitis?
La mastitis es la inflamación del tejido mamario, que puede o no estar acompañada de una infección. Se produce cuando hay un estrechamiento de los conductos por donde fluye la leche, lo que puede generar acumulación de leche, inflamación y, en algunos casos, infección bacteriana.
Antes se pensaba que la mastitis era un solo problema, pero hoy sabemos que forma parte de un espectro de condiciones que van desde una inflamación leve hasta una infección severa o abscesos.
¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas dependen de qué tan avanzada esté la mastitis y pueden incluir:
✅ Sensación de inflamación y dolor en una parte del pecho
✅ Enrojecimiento y calor en la zona afectada
✅ Fiebre o escalofríos (en casos más avanzados)
✅ Dolor al amamantar o una sensación de ardor persistente
✅ Formación de un bulto o endurecimiento en el pecho
Si sientes alguno de estos síntomas, es importante actuar rápidamente para evitar que la inflamación empeore.
¿Por qué ocurre la mastitis?
Hay varias razones por las que puede desarrollarse mastitis:
🔹 Producción excesiva de leche (hiperlactación): Si el pecho produce más leche de la que el bebé necesita, puede haber acumulación y congestión.
🔹 Uso excesivo del extractor de leche: El bombeo frecuente o en exceso puede sobreestimular la producción de leche, aumentando el riesgo de inflamación.
🔹 Dificultades en el agarre: Si el bebé no se prende bien al pecho, la leche no se extrae de manera eficiente, lo que puede contribuir a la inflamación.
🔹 Uso de sujetadores muy ajustados: Esto puede comprimir los conductos y dificultar el flujo de la leche.
🔹 Masajes bruscos en el pecho: Aunque antes se recomendaban, los masajes agresivos pueden causar más inflamación y, en algunos casos, provocar lesiones internas.
Cómo manejar y prevenir la mastitis en la lactancia
La clave para manejar la mastitis es actuar rápidamente con medidas simples pero efectivas:
✔️ Evita el vaciado forzado del pecho – Amamanta con normalidad y evita extraer leche en exceso. Extraer demasiada leche puede aumentar la producción y empeorar la inflamación.
✔️ Aplica frío – Usa compresas frías (como bolsas de gel o incluso una bolsa de guisantes congelados envuelta en un paño) durante 10-15 minutos cada hora para reducir la inflamación.
✔️ Usa antiinflamatorios si es necesario – Medicamentos como el ibuprofeno o paracetamol pueden ayudar a aliviar el dolor y la inflamación (consulta siempre con tu médico antes de tomarlos).
✔️ Cuida tu postura al amamantar – Asegúrate de que el bebé tenga un buen agarre para evitar el vaciamiento ineficiente del pecho.
✔️ Evita los masajes agresivos – En su lugar, usa drenaje linfático suave: movimientos ligeros desde el pecho hacia la axila para ayudar a reducir la inflamación.
✔️ Si hay fiebre o síntomas que no mejoran en 24-48 horas, consulta con un profesional de salud.

¿Cuándo se necesita antibiótico?
No todas las mastitis requieren antibióticos. En muchos casos, el manejo con frío, descanso y lactancia fisiológica es suficiente. Sin embargo, si la inflamación no mejora en 24-48 horas o si hay signos claros de infección bacteriana (fiebre alta, enrojecimiento creciente y malestar general), un médico puede indicar antibióticos específicos.
Es importante recordar que puedes seguir amamantando aunque estés tomando antibióticos, ya que la mayoría de los medicamentos usados para la mastitis son seguros en la lactancia.
Mitos comunes sobre la mastitis
🚫 "La mastitis ocurre por no vaciar bien el pecho."
🔹 La realidad: Más que "estancarse", la leche puede quedarse atrapada por la inflamación de los conductos, y extraer más leche solo empeora la inflamación en muchos casos.
🚫 "Hay que masajear fuerte para deshacer los bloqueos."
🔹 La realidad: Masajear demasiado fuerte puede causar daño en los tejidos, empeorando la inflamación y aumentando el riesgo de abscesos.
🚫 "Si tengo mastitis, debo dejar de amamantar."
🔹 La realidad: Seguir amamantando es seguro y, de hecho, ayuda a la recuperación si el agarre es correcto y se maneja la inflamación adecuadamente.
Conclusión: Mastitis no significa el fin de la lactancia
La mastitis puede ser dolorosa y frustrante, pero con el manejo adecuado, la mayoría de los casos se resuelven rápidamente. La clave está en evitar la hiperlactación, no abusar del extractor de leche, evitar masajes agresivos y tratar la inflamación con frío y antiinflamatorios.
Si tienes dudas o los síntomas no mejoran en 24-48 horas, consulta con un profesional de salud para recibir un tratamiento adecuado. Tu lactancia puede continuar con éxito, incluso después de una mastitis. 💕
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